La calidad del huevo puede verse comprometida por el paso del tiempo y unas inadecuadas condiciones de almacenamiento. Si no se conserva de manera correcta, en especial con respecto a la humedad (no debe ser muy alta) y a las temperaturas (lo más recomendable es entre 1 ºC y 10 ºC, sin fluctuaciones bruscas), la proliferación de hongos puede aumentar. También se produce la salida de parte del agua del huevo en forma de vapor a través de los poros de la cáscara, lo que se traduce en una pérdida de peso. El artículo explica las señales que indican cómo saber si un huevo es seguro y fresco y qué dicen los códigos que llevan impresos.
Los huevos cuentan con una protección física (la cáscara) que los preserva de la contaminación por microorganismos. Pero en su interior tiene un componente, la yema, que, por sus particularidades, es un medio propicio al desarrollo de patógenos. Sin embargo, la cáscara también puede actuar como medio de contaminación ya que, si está muy sucia, la carga microbiana es mayor y, por tanto, también aumenta el riesgo de que las bacterias penetren antes y en mayor cantidad.
Para saber si un huevo está fresco y mantiene las condiciones de calidad mínimas, pueden ayudar ciertas señales visuales y la aplicación de algunos métodos. A continuación se desvelan cuáles.
Consejos para saber si un huevo es seguro y fresco
La unión Europea determina que, para que un huevo pueda comercializarse, debe cumplir con una serie de requisitos:
- La cáscara debe estar limpia e intacta.
- La clara tiene que ser transparente, sin manchas, de consistencia gelatinosa y exenta de materias extrañas.
- La yema debe ser visible solo al trasluz como una sombra, sin contorno discernible, que no se separe del centro al someter al huevo a un movimiento de rotación.
- No debe haber olores.
- Al agitarlo, no se oye ruido de líquido en su interior.
Además, existen distintos métodos que se pueden utilizar en casa para saber si un huevo es fresco:
- Si es fresco, se hunde en un vaso de agua. Que un huevo flote es signo de alteración y mal estado.
- Si cuando se rompe la cáscara la clara se dispersa mucho, el huevo no es fresco.
- Al cocer un huevo fresco, la yema debe ocupar la parte central, queda compacta; si se desvía hacia los lados, es sinónimo de que no es fresco. La yema de un huevo fresco es densa, bien centrada en la clara y con cierto abombamiento.