Seguimos en verano (ahora más verano que nunca), las altas temperaturas, las vacaciones ya sea en la playa, entornos rurales, actividades deportivas… se convierten en los destinos y planes más solicitados. Es por esto que nos lanzamos a escribir una serie de artículos relacionados con los primeros auxilios y con el protocolo de socorrismo.
¿Qué nos dice el protocolo de socorrismo ante una situación de peligro?
Lo primero de todo y una vez que hemos protegido la zona, y a nosotros mismos (chalecos de alta visibilidad en vías interurbanas, guantes en caso de riesgo de contacto con sangre, etc.), tenemos también asegurada la zona y hemos solicitado ayuda, (siguiente la conducta PAS) comenzaremos con el protocolo de socorrismo teniendo en cuenta los siguientes puntos, que denominamos el “Decálogo del socorrista”:
1. Estar tranquilos, pero actuar con rapidez. La precipitación no es buena compañera en las emergencias. Trabajando de forma sosegada será difícil que se dejen de lado las cosas importantes.
2. Cerciorarse de que no existen más peligros. Comprobando la existencia de riesgos como el de incendio, explosión, contaminación, etc.
3. Examinar a los accidentados. Un primer examen facilitará la entrega de información a la ayuda especializada que venga.
4. No mover a los heridos cuando no sea necesario. Sólo se moverá a los heridos cuando se puedan correr otros riesgos adicionales, como incendios, derrumbes, etc., que no sólo afectarían a los heridos, sino además a los intervinientes.
Podemos encontrarnos ante una persona inconsciente en decúbito supino (boca arriba).
En este caso según el protocolo de socorrismo no podemos dejar “boca arriba” a una persona inconsciente debido a que la lengua puede dejar sin respiración al taponar la entrada de aire en la tráquea al perder el tono muscular y se cae por efecto de la gravedad o se produce un vómito y el contenido del mismo entra en los pulmones. En este caso voltearemos sobre un costado al accidentado dejándolo en posición lateral de seguridad (PLS) que evita estos problemas.
Si sospechamos o somos conocedores de la existencia de lesiones en la espalda o cuello de la persona, sólo lo colocaremos en esa posición en el caso de tener que abandonar el lugar para ir a pedir ayuda. En caso contrario, realizaremos una apertura de la boca tirando del mentón hacia arriba con una mano y sujetando la cabeza contra el suelo por la frente con la otra (maniobra frente-mentón).
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