Son muchos los medios que han publicado el informe que hace unos días y que desde 2014 elabora la OMS sobre la relación entre el consumo de carne y el cáncer.
Creemos que es conveniente calmar un pocos las aguas y contaros los mitos y verdades de este informe y consejos para el consumo de carne.
Para abrir boca, nunca mejor dicho, os dejamos un reportaje bastante interesante y que resume la cuestión que tratamos.
¿IGUAL DE CANCERÍGENO QUE EL TABACO? NO.
Uno de los apartados más controvertidos del informe de la IARC(Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer) es que la carne procesada se engloba dentro del grupo 1, el mismo al que pertenecen el tabaco o los asbestos.Las carnes rojas pertenecen a otro grupo el 2A.
La cuestión es que la IARC agrupa los agentes carcinogénicos según la evidencia científica, concretamente el número y la fuerza de ellas, no por el riesgo. Estos son los grupos:
- Grupo 1: Cancerígeno para humanos.
- Grupo 2A: Probablemente cancerígeno para humanos.
- Grupo 2B: Posiblemente cancerígeno para humanos.
- Grupo 3: No clasificable como cancerígeno para humanos.
- Grupo 4: Probablemente no cancerígeno para humanos. Solamente una sustancia de las que han sido evaluadas ha sido incluida en esta categoría.
¿Por qué producen cáncer?
“En el caso de las carnes procesadas, el tratamiento de las mismas sea mediante salazón, ahumado o elaboración industrial produce algunos compuestos como aminos, óxidos nitrosos y policarburos que son los que parecen estar relacionados con el cáncer” explica la doctora Ballesteros.
Las diferencias entre carnes procesadas y carnes rojas
Aunque el informe afecta a ambos tipos de carnes, en todo momento diferencia bien entre las carnes procesadas y carne roja. Las carnes procesadas son todas aquellas que una vez son extraídas del animal se modifican en modo alguno para conservarlos o mejorar su sabor, en este grupo entran los embutidos, el jamón, la cecina
¿carnes procesadas y carnes rojas
En esta pregunta sí son contundentes. Categóricamente, no. La carne tiene muchos beneficios para la salud. Solo recomienda consumirla de forma moderada y no en exceso y todos los días.
Conclusión: ni defecto ni exceso
El informe de la OMS, en términos absolutos, lo que hace es relacionar de manera efectiva el cáncer con el consumo de carne. Lo que deja en el aire es por un lado la cantidad de carne necesaria, así como su frecuencia y los numerosos beneficios que sí aparecen como derivados del consumo de carne.
Dicho de otro modo, dejar de comer carnes procesadas y carnes rojas puede llegar a ser tan perjudicial como hacerlo en exceso. La cuestión es que en la mayoría de países desarrollados el consumo de carne está muy por encima de lo que debería ser normal, así que es buen momento para reordenar las prioridades dietéticas y colocar estas en el escalón ocasional. Algo que, según los nutricionistas, debería ser “una o dos veces por semana, máximo”.